DE PARÁBOLAS Y MERETRICES
Existe una reflexión sobre la vida que aún siendo simple, es bastante gráfica e ilustrativa de como funcionan las cosas en este mundo (eso sí, como siempre, para algunos más que para otros).Habla de por qué antes de tener sexo cada uno ayuda al otro a quitarse la ropa, mientras que una vez consumado el acto, ambos se visten solos...
La reflexión es que en esta vida nadie te ayuda cuando estas jodido, y si te ayudan, es porque tienen intención de joderte.
El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) hizo esta semana pública la sentencia que prohibe al Atlético de Madrid hacer este verano nuevos fichajes con los que reforzarse de cara a la próxima temporada. No así con el Real Madrid, que estando en el mismo caso y teniendo la misma acusación, ha visto cómo le levantaban la sanción y podrá seguir volcando cubos de dinero sobre grandes estrellas del panorama mundial con los que optar a tener mejor equipo que el resto, plagar sus filas de mercenarios metrosexuales con peinados imposibles, y lo que para ellos es más importante, hacer caja vendiendo más camisetas. Le ayudan a desvestirse, aunque incomprensiblemente a quien van a joder es a los mismos de siempre.
Nos toca de nuevo vestirnos solos. Y mientras nos ponemos los pantalones observamos de reojo como a nuestro vecino el guapo le basta estirar los brazos para que las meretrices de la Federación le vistan con los mejores ropajes y le unjan con los mejores perfumes. Eso sí, despues de haberse despachado agusto en los lupanares que hasta hace unos días poblaban la ribera del Manzanares, los mismos que en la Roma antigua poblaban la zona donde vivían las clases más desfavorecidas en la ribera del Tiber.
Siempre ha habido clases, deben de pensar los sátrapas de la Federación. Y puestos a joder no es lo mismo joder a alguien que tiene un presupuesto de más de 500 millones que a alguien que tiene que vender su casa y mudarse al extraradio para seguir con el pulso que año tras año se empeña en mantener. En el TAS lo saben, igual que en la antigua Roma lo sabían. Y para ilustrar el tema y de paso aprender algo que a ustedes nunca les explicaron en el colegio aquí va una curiosa y rápida descripción de la variedad que existía en lo referente a la prostitución en el mayor imperio que ha conocido el viejo continente:
En la cima de la pirámide estaban las Delicatae, putas de lujo que se elegían en un catálogo y a las que los emperadores o las personas con altos cargos les ponían un pisito a cambio de sus servicios. Despues estaban las Famosae, mujeres de alta posición social que sin ninguna necesidad practicaban el sexo por puro placer. Las Lupae eran aquellas que ejercían el oficio en los lupanares. Más especializadas estaban las Noctilucae, aquellas que solo trabajaban por la noche. Las Copae limitaban sus servicios a las cauponas, establecimientos de comida y bebida rápida. Les sonará la existencia de las Fornicatrices, aquellas que se situaban bajo los arcos o puentes de edificios (fornix: arco. De ahí el término fornicar). Las Forariae por otro lado ocupaban los caminos rurales, siendo sus clientes generalmente viajeros con la intención de hacer un parón antes de seguir su camino. Caso especialmente gore era el de las Bustuariae, que ejercían en los alrededores de los cementerios. Por último y en la base de la pirámide estaban las Prostibulae, en la calle y sin ningún control. Cuando una persona quería convertirse en prostituta, estaba obligada a inscribirse en un registro con su nombre, edad, lugar de nacimiento y nombre de guerra en la oficina del edil. Una vez hecho esto, obtenía la licencia stupri, que era todo lo que necesitaba para comenzar a ejercer.
Tanto tienes, tanto vales. Y si a alguien se le ocurre protestar, palos en las ruedas.
Las delicatae de la Federación así lo quieren.
Nos han echado de nuestra casa. Nos han despreciado por ser distintos. Han escupido sobre nuestros valores cuando nos han visto celebrar con júbilo bajo la lluvia triunfos que nada tienen que ver con sus títulos, sus competiciones cuidadosamente preparadas, y sus galácticos dueños de una linea de ropa interior que siempre dan bien en las portadas. No toleran nuestro orgullo. Pisotean nuestro legado. Nos quieren dóciles y sumisos.
Timendi causa est nescire. No es que no nos comprendan. Es simplemente que nos temen. Temen nuestra irreverencia. Por eso tratan de devolvernos al pozo con sanciones ridículamente materiales. No saben de dónde viene esa convicción que nos hace volver a levantarnos tras cada golpe, aunque intuyen que nace de algún lugar muy, muy, muy profundo, donde ni el TAS, ni la Federación, ni sus prostibulaes con silbato podrán llegar jamás. Por eso cada golpe, cada desprecio y cada humillación, nos hace más fuertes. Bene curris, sed extra vium...
Somos gallo de pelea. Adhuc stantes. Non omnis moriar
Nunca caminaras solo
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ResponderEliminarVaya censura que hay en este país ejem, ejem
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