lunes, 26 de octubre de 2015

DE MOTOS Y CARRERAS

2 de marzo de 2014, Madrid

Tengo un conocido -que no amigo- que tiene una Suzuki Gsx-R Hayabusa de 1.300 cc que es un tiro. El fulano en cuestión merodea los semáforos de la capital buscando otras máquinas con las que convertir la Castellana en el circuito de Sepang. Luego farda con su chica de cómo ha dejado atrás a sus "rivales", sin caer en el dato (cuanto menos importante) de que su montura tiene en el menor de los casos el doble de potencia que aquellas con las que compite. El pobre desgraciado no es consciente de que su único mérito es el de tener tanta pasta como para dejarse 18.000 pavos en un motor japonés.

Imagino que aunque no lo cuenta, alguna vez debe topar con alguna 600 sobre cuyo depósito van apoyados dos cojones (o dos ovarios, quién sabe) y que, o le hace tragar tanta prepotencia y chulería mal entendida, o le hace sudar lo gordo debajo del casco si quiere dejarle atrás. Imagino también que es en esos momentos en los que mi conocido llega a vislumbrar un pequeño ápice de lo triste y miserable que es su existencia.


Hoy el Real Madrid iba a hacerle 5 o 6 goles al Atlético. Son mejores, más galácticos, más 2.0. Al final se han escapado vivos con un empate cuanto menos polémico (no vaya a ser que se nos joda el invento de la liga de dos). Si existe algún tipo de deidad ulterior, equilibrio cuántico universal, o superheroe justiciero, algún día estos ladrones de ilusión y sus parásitos mediáticos pagarán por todo el daño que le están haciendo al deporte que algunos tanto amamos. Para vosotros los puntos, las ligas y las copas de vuestro rey. NO NOS HABEIS DEJADO ATRÁS. Ni siquiera con vuestra Suzuki Hayabusa de 1.300 cc. y 515 millones de euros.
Disculpen las molestias. Seguimos vivos.



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